
Las aguas ya se calmaron, pero después del terremoto en Chile, la gente discutía y hasta se peleaba.
¿Quién tenía la culpa del terremoto? ¿La gente? ¿Dios? ¿los pecados de las personas? ¿las iglesias? ¿el gobierno? ¿el presidente? ¿la unión europea? ¿la contaminacion? ¿el cambio climático?
Nunca pensé que un terremoto podría generar tanto pleito y tantas diferencias de opinión sobre el porqué de este. Lamentablemente Dios no tiene un blog donde pueda poner su opinión, pero si tiene un testamento donde dejó todo bien explicadito.
Ahi hay una historia, la gente también discutía porque había un hombre ciego de nacimiento. Discutía porque buscaba una explicación, tenía que haber un culpable para tal situación. Ellos se preguntaban, ¿Quién pecó? ¿él o sus padres?
Tenía que haber un porque. Seguro algo malo habían hecho, seguro estaban pecando, seguro estaban metidos en problemas. Pero Jesús tenía la respuesta precisa. Ni él pecó, ni sus padres, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.
Tenemos a muchos discutiendo las razones y los porques del último terremoto en Chile, y con seguridad, muchos estaremos equivocados, culpando a la gente o a sus padres. Pero,¿será posible que este terremoto, haya hecho evidente a Dios a algunos que realmente lo necesitaban?
Sería estupendo tener todas las respuestas para todas las preguntas, sería maravilloso poder entender el porque y el para qué, pero no siempre lo entenderemos y no siempre habrán respuestas. Este terremoto ha marcado de diferentes maneras a cada uno de los que lo vivieron y sólo cada uno de ellos podrá darnos su porqué y su para qué.
¿Todo tiene que tener una respuesta? ¿Todo tiene que tener una explicación? no necesariamente, a veces sólo estará el silencio de Dios. En ciertas situaciones sólo hay que esperar para poder comprender y entender, muchas veces sólo debemos callar, ver y esperar... y quizás... podamos entender.
Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños.Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.
Mateo 11:25-26