Cuando las fronteras de China comenzaron a abrirse a principios de los años de 1980, muchos cristianos extranjeros querían saber cómo podían ayudar a la iglesia en China. Lo primero que hicieron fue pasar Biblias de contrabando desde Hong Kong. !Estos regalos los apreciamos muchísimo y los necesitábamos con urgencia!...
Sin embargo, después de unos años, estas mismas organizaciones empezaron a poner otros libros dentro de sus cajas de Biblias. Estos libros eran sobre una teología de una denominación en particular, o enseñanza que se enfocaba en ciertos aspectos de la Palabra de Dios.
Esto, creo yo, fue lo que comenzó la desunión entre muchas de las casas iglesia en China.
Estos folletos nos decían que deníamos adorar en cierta forma determinada, o que debíamos hablar en lenguas para ser un verdadero creyente, o que podíamos ser salvos sólo si nos bautizaban en el Nombre de Jesús (en lugar de hacerlo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo). Otras enseñanzas se enfocaban en una fe extrema, incluso otras debatían a favor o en contra del papel de la mujer en la iglesia.
!Leímos todos los folletos, y pronto estábamos confundidos! Las iglesias empezaron a dividirse en grupos que creían una cosa en contra de grupos que creían otra cosa. En vez de hablar sólo acerca de Jesús, también emepzamos a hablar en contra de otros creyentes que no se ajustaban a nuestros puntos de vista...
Fue un verdadero caos. En sólo un año o dos, las casas iglesias en China se habían dividido en diez o doce fragmentos...
En su celo por ayudar, nuestros hermanos extranjeros causaban en realidad división y debilitamiento en las casas iglesias.
Extracto del libro, El hombre Celestial.
2 comentarios :
¡Vaya! ¡qué cosas mi Jenny! No podemos olvidar, que siempre el enemigo no descansa. Gracias por este post.
Besitos.
Eso es verdad, pero podemos aprender de estos ejemplos
Publicar un comentario