Si está o no está comprobado, no lo sé, pero esta semana murieron dos personas. A una pude conocer antes de que entre en estado crítico, cuando aún era saludable y a la otra recién la conocí dos días antes de su muerte.
En sus últimos días, ninguna de las dos podía comunicarse, ni moverse, sus miradas perdidas expresaban tristeza y dolor, pero había algo que ambas podían hacer, podían oír.
En sus últimos momentos de vida tuvieron la oportunidad de comunicarse con Dios ¿Qué le dijeron? ¿qué pensaron? ¿con qué lucharon? ¿cómo se sintieron? No lo sé.
Pero es maravilloso que aún de esta forma se muestre la misericorida y el amor de Dios. Hasta el fin, hasta el momento de nuestro último respiro, El tratará por todos los medios de acercarse a nosotros. Eso si es amor!, demasiado amor, diría yo. Estoy conmovida.
2 comentarios :
Es cierto, demasiado amor!
La misericordia de Dios alcanza limites que hasta nos incomodan, como diria Phillip Yancey "la gracia es escandalosa".
Un abrazo Jenny.
Cierto! yo sigo conmovida! gracias por el abrazo! cuando nos veamos nos daremos mas! :)
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