No sabe cómo gobernar un reino, el que no puede gobernar una Provincia; ni puede manejar una Provincia; quien no puede ordenar una ciudad; ni ordena una ciudad, quien no sabe como regir una Villa, ni rige una Villa, quien no puede guiar una familia; ni puede ese hombre gobernar bien una Familia si sabe que no puede gobernarse a sí mismo, ni puede gobernarse a si mismo a menos que su razón sea el Señor, de voluntad y deseo a sus vasallos; ni puede gobernar la Razón a menos que ella misma sea regida por Dios y (absolutamente) sea obediente a El
Hugo Grotius, Pastor Puritano, 1654
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