Indignación, rabia, tristeza, horror, temor, consternación, asombro, terror, dolor... tantas palabras describen aquello que sentimos muchos peruanos después de enterarnos de una trágica noticia. El autor de tan horrendo crimen Josafat Vargas lo describe asi: ¡He violado a una niña!, ¡está muerta!, ¡tengo el cadáver en mi casa! Ella buscaba a una amiga que vivía al costado. La escuché que tocaba la puerta y como no le abrieron la invité a pasar a mi casa. Como no accedió la alcance en el pasillo y la llevé del cuello a mi casa. No sé qué me ocurrió, perdí el control. Fue el demonio, yo no quise matarla. Me frustró un negocio que realizaba vía internet. Por eso la maté. Pero no hay problema porque yo escribiré un libro sobre ella y el dinero que gane con las ventas será destinado a los deudos.
Hace unos meses la pequeña hija de un pastor gitano, Mari Luz Cortez fue raptada mientras iba a comprar a un kiosko cercano una bolsa de patatas, Astrid fue a buscar a una amiguita que vivía cerca para que les preste cuadernos, nunca regresó. Ambas tuvieron el mismo doloroso y horrendo final.
Como madre no me gusta la idea de asustar y aterrorizar a los niños con estas historias y hacerlos miedosos y desconfiados. Pero, hasta cuando podremos confiar? hasta cuando podrán nuestros niños salir en bici y pasear por el barrio? Hasta cuando podremos estar tranquilos? Los tiempos que vivimos son malos como dice la Biblia. Seguro muy pronto, las empresas que están creando chips para los niños se enriquecerán y no habrá padre que no esté dispuesto a pagar lo que sea, con tal que su niño este seguro. Yo amo a los mios y se que no hay mejor lugar que en Dios para encontrar seguridad y protección, pero no sabría como reaccionaría si pasara la misma situación que aquel pastor español.
Señor ayúdanos! No dejemos de orar por nuestros niños, no dejemos de orar por esta generación! Que Dios nos prepare para lo que se viene!
Hace unos meses la pequeña hija de un pastor gitano, Mari Luz Cortez fue raptada mientras iba a comprar a un kiosko cercano una bolsa de patatas, Astrid fue a buscar a una amiguita que vivía cerca para que les preste cuadernos, nunca regresó. Ambas tuvieron el mismo doloroso y horrendo final.
Como madre no me gusta la idea de asustar y aterrorizar a los niños con estas historias y hacerlos miedosos y desconfiados. Pero, hasta cuando podremos confiar? hasta cuando podrán nuestros niños salir en bici y pasear por el barrio? Hasta cuando podremos estar tranquilos? Los tiempos que vivimos son malos como dice la Biblia. Seguro muy pronto, las empresas que están creando chips para los niños se enriquecerán y no habrá padre que no esté dispuesto a pagar lo que sea, con tal que su niño este seguro. Yo amo a los mios y se que no hay mejor lugar que en Dios para encontrar seguridad y protección, pero no sabría como reaccionaría si pasara la misma situación que aquel pastor español.
Señor ayúdanos! No dejemos de orar por nuestros niños, no dejemos de orar por esta generación! Que Dios nos prepare para lo que se viene!
2 comentarios :
Estas cosas si que aterrorizan,uno no sabe a veces como expresar su consternacion ante hechos como este.Este es el mundo en que vivimos.Que Dios nos ayude y proteja y si,lo mejor es orar.
Me uno a tu oración querida Jenny. Ya me tocó pasar estos tiempos de angustias con mis hijos, pidiéndole a Dios sabiduría para saber cuándo sí y cuándo no, y para no provocarles una paranoia en ellos.
Hoy en dia, ya jóvenes, la situación persiste en forma diferente pero la que no falla es la oración y el Dios al que se le dirige, y en el cual está nuestra confianza.
Muy duros tiempos por vivir.
Te envío mi cariño.
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