La verdad sin adornos

Estaba recostada en mi cama, mi pequeña hija se acercó y tocando mi barriga dijo: Ahí hay un bebé, mi esposo se rió a carcajadas y yo solo sonreí, ni modo, no podía ocultar mis 6 kilos de sobre peso. Ella seguía insistiedo hasta que escuchó mis dulces palabras, lo que pasa es que estoy gorda. Eso fue suficiente. Los niños son muy sinceros, ellos no dan vueltas, no tratan de adornar sus palabras para que suenen bonito, dicen lo que piensan, y muchas veces nos hacen sonrojar. Hace poco traté de corregir a mi hijo porque le dijo gorda a una persona, no de una mala manera, sino solo diciendo la verdad, le explique que a veces a las personas les fastidia que les digan la verdad y a pesar que están gordos, se sienten ofendidos. Después pensando en mis palabras, realmente me sonaron tontas. Los niños son sinceros, que no aprendan de nosotros los adultos que adornamos y damos mil vueltas muchas veces, para decir algo que se nota a leguas. Claro! que aprendan a respetar, a honrar, a no ofender, que sigan siendo niños, niños sinceros. Estoy gorda? si pues... al fin y al cabo lo estoy.

No hay comentarios :