Aprendiendo de las aves migratorias

Escrito por Debbie E. Rodriguez

No hace mucho, estuve leyendo sobre las aves migratorias y el autor Milton Olson hablaba de las lecciones que podemos aprender de los gansos silvestres, dirigiendo su enfoque a las destrezas de los líderes. 



Mientras consideraba los pensamientos del autor sobre el liderazgo, pensaba que Dios en su grandeza a menudo utiliza su creación para mostrarnos ventanitas sobre Su carácter para que le conozcamos y nos acerquémos más a Él

Como mujeres, muchas veces nos podríamos comparar a estas aves migratorias que los cambios de temperatura llevan a buscar refugio en lugares más cálidos. En nuestra "jornada migratoria" podemos tomar tiempo para considerar lo que Dios desea enseñarnos en este proceso de cambios y que logremos llegar a nuestro destino; un lugar donde el cálido amor de Dios se convierte en el refugio que nos sostiene durante nuestra travesía por la vida.
Primera lección: Manténgase volando junto a otros. 
La razón por la cual las aves migratorias se mantienen volando en una formación "V" es por que al hacerlo así, la manada completa adquiere un 71% mayor de alcance de vuelo, en comparación a si volaran solas. Como mujeres, necesitamos mantenernos en comunidad unas con otras. 


Cuando compartimos un sentido de dirección junto a otras mujeres que comparten la misma visión del gran llamado y responsabilidad que Dios nos ha dado, se nos facilitará el alcanzar la meta de cumplir con Sus propósitos para nuestra vida, ya que estaremos viajando en la fuerza propulsora de otras personas que Dios ha puesto en nuestra vida. ¿Estás involucrada en una comunidad de amistades que provea esta atmósfera "propulsora" para ti?
Segunda lección: Manténgase "volando" en formación. Cuando un ave migratoria se sale de formación, siente súbitamente el peso y resistencia de tratar de volar sola, e inmediatamente vuelve a ponerse dentro de la formación para tomar ventaja del "poder que la levanta" que proviene del ave que se encuentra frente a ella. ¡Si tan sólo tuviéramos el juicio de los gansos silvestres cuando caemos en el modo de "yo puedo sola"! 


"En el Señor me refugio, ¿cómo decís a mi alma: Huye cual ave a tu monte?" (Salmo 11:1) Mientras nos mantengamos bajo el abrigo del Altísimo ... podemos estar seguras que ... con Sus plumas Él nos cubrirá y bajo Sus alas hallaremos refugio... (Salmo 91: 1a, 4) Es muy importante que resitamos la tentación de aislarnos cuando enfrentamos tiempos difíciles en la vida. ¿Escoges tú volver a ponerte dentro de la "formación" de Dios cuando sientes el peso y resistencia que viene a través de nuestro caminar en la vida o persistes en "volar sola?
Tercera lección: La interdependencia es vital. Cuando el ave que se encuentra al frente de la manada se cansa, ésta cambia su posición para que otra tome la posición del frente. Como mujer, es muy importante que aprendamos a ser vulnerables con otra persona, de manera que cuando sintamos el agotamiento que viene con nuestra jornada, permitamos que otros tomen la posición de "al frente" y nosotros podamos recibir el alivio que Dios envía en nuestra dirección por medio de otros. 


Es en esos momentos de agotamiento espiritual, emocional y físico cuando necesitamos recibir de otros y no permitir que las voces acusatorias del enemigo nos desanimen al señalarnos nuestras deficiencias e imperfecciones, obstaculizando así que avancemos en nuestra travesía. La cultura promueve la independencia y muchas veces creemos que el balance se encuentra obteniendo la dependencia de otros. 


Sin embargo, el modelo bíblico es la interdependencia-una relación donde las personas se necesitan unas a otras y aportan al bienestar y crecimiento mutuo. ... mas el que escucha consejos es sabio. (Proverbios 12:15b) ...El hierro con hierro se afila, y un hombre aguza a otro. (Proverbios 27:17) ¿Tienes a alguna persona en tu vida con la cual puedes ser vulnerable y quien no tiene temor de arriesgar perder la relación contigo al hacerte esas preguntas difíciles que te ayudarán a llegar a ser todo lo que Dios desea que seas y también para sostenerte en tus momentos de "agotamiento"?
Cuarta lección: El ánimo hace una diferencia. Las aves migratorias que se encuentran en formación hacen sonar su graznido desde su posición trasera, para alentar a aquellas que se encuentran al frente a mantener su velocidad. Querida mujer, acepta "graznidos" en tu vida. Por senda de vida va el que guarda la instrucción... (Proverbios 10:17a) ... Y os exhortamos hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con otros. (1 Tesalonicenses 5:14) ¿A quién ha puesto Dios en tu vida para que suene su "graznido" a través de su jornada migratoria?
Quinta lección: Según recibes, da generosamente a otros. Cuando un ganso silvestre se encuentra enfermo o herido, otros dos gansos se salen de formación y lo siguen de cerca para ofrecerle ayuda y protección. Estos gansos silvestres permanecen con esa ave hasta que se recupera y puede volver a volar o hasta que muere. Es entonces cuando ellos se lanzan a volar nuevamente, ya sea uniéndose a otra manada o alcanzando a la manada original. 


Es cierto que esto requiere sacrificio, y muchas veces nos cambia los planes que teníamos, pero éste es el ejemplo que Jesús nos dejó para seguir. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis... Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis (Juan 13:14-15, 17). 


Querida mujer, Dios te ha colocado en esta jornada con un propósito que sólo tú puedes cumplir. ¡Cualquiera que sea el lugar donde Él te ha colocado, recuerda que el te da para que tú des! Descubrirás que al dar, en lugar de tener menos, tendrás más. ¿Donde estás invirtiendo tu energía y tu tiempo?
Amada mujer, deseo animarte en tu "jornada migratoria" y apoyarte en tu travesía con las palabras del salmista David: Aun el ave ha hallado casa, y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: ¡tus altares, oh Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! ¡Cuán bienaventurados son los que moran en tu casa! (Salmo 84:3-4)
Recuerda que no te encuentras sola en tu jornada y que Dios desea que, como las aves migratorias, vueles junto a otras mujeres que Él ha puesto en tu vida y sobre todo, que encuentres tu refugio y descanso en Él.
...Diré yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios en quien confío. Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal... (Salmo 91:2-3)

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